La ropa ajustada resalta las curvas de una mujer y todas las miradas se concentran en lo bien que se ve, pero ¡cuidado!: no es lo mismo utilizar prendas y accesorios que estilicen tu cuerpo a ponerse algo que, literalmente, quite la respiración. Este tipo de prendas no es la mejor opción ni para el cuerpo ni para la salud
En la época victoriana, las mujeres utilizaban sus corsés para tallar la figura y levantar el busto; incluso, muchas mujeres nobles de ese tiempo, tenían que tenderse boca abajo en la cama para que sus siervos ajustaran los lazos de sus vestimentas. Pensaría que en pleno siglo XXI, las cosas no funcionan así, pero ¿qué crees? Es más común de lo que piensas.
Este es un recuento de prendas que por una u otra razón te ponen en peligro y los científicos lo han demostrado en estudios recientes.
1) Corsés. Son una de las prendas más controvertidas de la historia. Estrechar la cintura y exacerbar las curvas tiene su precio: investigaciones científicas han comprobado que los corsés disminuyen la capacidad pulmonar, generan daños en órganos internos y hasta pueden deformar el esqueleto.
2) Fajas. Las fajas modeladoras, que hacen que parezca que tienes cuerpo de reloj de arena, pueden ser peligrosas si te conviertes en una adicta a ellas. Son capaces de perjudicar la circulación, crear zonas adormecidas y dolorosas, infecciones urinarias y hasta producir hongos en tu piel.
3) Mezclilla ajustada. Puede dificultar la circulación sanguínea, debido a que a la sangre le cuesta trabajo el recorrido. Además, impide que el tórax y los pulmones se expandan adecuadamente, impidiéndote respirar con libertad y provocando ansiedad; favorecen la aparición de celulitis y de acidez o reflujo.
4) Cinturones. Según el neurólogo Irvin Friedman, los cinturones demasiado apretados pueden ocasionar entumecimientos en las piernas gracias a la compresión del nervio cutáneo femoral lateral. Si lo traes apretado después de comer, el sistema digestivo sufrirá como no tienes idea.
5) Accesorios como anillos, brazaletes y collares. Algunas personas utilizan collares, anillos o brazaletes que son exageradamente estrechos lo que impide la circulación adecuada. Por ejemplo, puedes pasar por dolores de cabeza y visión borrosa, si no quitas el accesorio tan incómodo de tu cuello o manos.
6) Tangas. Las tangas pequeñitas son las peores, pues pueden albergar bacterias en un lugar muy sensible para la mujer. Si no quieres sufrir infecciones urinarias y vaginales frecuentes, alterna tus tangas con cómoda ropa interior de algodón.
7) Ropa de paca o barata. La mala calidad de los textiles puede causar importantes alergias o reacciones en la piel debido a los químicos que utilizan para la fabricación de las prendas. La ropa de “paca” puede causar dermatitis, tiña o sarna, provocados por de piojos, ácaros y bacterias en ese tipo de prendas.
8) Ropa nueva. Las telas pasan por procesos para darles el color y la forma que te gusta, pero para eso se utilizan químicos los que quedan como residuos una vez que la prenda está lista, ya que no se van por completo a menos que pasen por la lavadora estarás exponiendo tu piel a alergias o quemaduras.
9) El brasier. Un estudio muy reciente llevado a cabo por dos expertos en medicina antropológica vuelve a destacar la relación existente entre llevar sujetador y el cáncer de mama. El sujetador comprime los ganglios, las toxinas ya no se pueden eliminar de manera natural mediante el drenaje linfático y se acumulan.
10) Tacones. Los zapatos muy altos debido a su forma deforman nuestros pies afectando el sistema óseo y es por eso que aparecen los famosísimos y horribles “juanetes”, que no son más que una malformación en el hueso de nuestros pies y se hacen con el constante uso de estos zapatos.
11) Carteras o bolsos. Se ha puesto de moda el uso de carteras de tamaños un tanto desproporcionados. Su uso sostenido puede causar dolores de espalda, cambios drásticos en la postura y, en algunos casos, dolor de cabeza. En promedio, estas nuevas carteras pesan 6.2 kilogramos.
Fuente: El Debate