Netflix creó un servicio aparte de programación infantil en 2011, lo que permite a los padres fijar a sus hijos en un lugar donde no encontrarán material inapropiado o inclinarse por los musicales animados. El año siguiente, Netflix firmó un acuerdo que, a partir de 2016, pondrá todas las nuevas películas de Disney en su servicio de streaming una vez que éstas salgan de los cines. A continuación llegó un acuerdo con DreamWorks Animation para la producción de 300 horas de nuevos programas televisivos con nuevas franquicias y personajes conocidos de DreamWorks. El primer título nuevo, “Dinotrux”, es sobre camiones que también son dinosaurios.
Amazon, por su parte, también viene lanzando nuevos títulos para niños: “Wishenpoof”, por ejemplo, es una serie animada para preescolares con las voces de Jason Priestley, de la “Beverly Hills 90210” original, y su hija. El mes pasado Amazon lanzó seis pilotos de nuevos programas infantiles con títulos como “Lily the Unicorn” y “Bear in Underwear”.
La batalla por los niños pasa por atraer la presencia de los padres hasta a la hora de su programa favorito. Los servicios de streaming son mucho más fáciles de cancelar y resuscribir que la televisión por cable, destaca Rich Greenfield, de BTIG, de modo que el objetivo es dificultar esa decisión. “¿Recuerdan cuando Netflix lanzó ‘House of Cards’ y presentó todos los episodios al mismo tiempo? Los inversores temieron que los consumidores se abonaran tres días, vieran toda la serie y luego se desconectaran”, observó hace poco. “Netflix combatió ese riesgo mediante la incorporación de una importante cantidad de contenido que apuntaba a todos los miembros de la familia. El contenido infantil es un importante elemento de ‘cohesión’ de su oferta”.
Fuente: El Financiero