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Macondo exige regreso de Gabo

Publicado por
Aletia Molina

Recientemente, la viuda, Mercedes Barcha, y sus hijos decidieron ceder a Cartagena de Indias los restos de Gabriel García Márquez

Cuando uno llega a Aracataca se topa de frente con la realidad más cruda de Colombia, que no es la turística imagen del casco histórico de Cartagena de Indias o la exhuberante belleza del Parque Nacional Tayrona.

Motocarros y bicicletas atraviesan su asfalto irregular, vendedores ambulantes inundan sus plazas -especialmente en las cercanías de los lugares emblemáticos, como la iglesia de San José-, niños ataviados con camisetas de fútbol juegan en la calle, hombres y mujeres visten ropas modestas.

Su alcalde, Tufith Hatum, reconoce que la población tenía graves problemas de canalización y abastecimiento de agua potable pero que, durante su gestión, Aracataca ha llegado a un 64 por ciento de cobertura.

En una de esas calles, tan plagadas de realidad, nació casi un siglo atrás Gabriel García Márquez, quien luego difundiría en el mundo el «realismo mágico», porque como dice el director de la Biblioteca Remedios La Bella, Ancízar Vergara, «no inventó nada: Colombia es así y Aracataca es así» como aparecen en sus obras.

Todo el mundo siente a Gabo como suyo y, aunque solo vivió allí su infancia en la que hoy se ha convertido en Casa-Museo Gabriel García Márquez, principal atractivo turístico, buena parte de la sociedad cataquera aspira a que el nobel de Literatura de 1982, fallecido en abril de 2014 en México, regrese al hogar.

Recientemente, la viuda, Mercedes Barcha, y sus hijos decidieron ceder a Cartagena de Indias los restos de Gabriel García Márquez, a lo que el regidor cataquero respondió que le producía «tristeza» que una parte no repose en su lugar natal, si bien expresó su alegría por que «permanezcan en Colombia y no salgan del país».

Y a esas mismas calles llegó hoy la expedición de la Ruta BBVA, que fue recibida con música y baile local antes de iniciar un recorrido por los primeros escenarios de la vida del escritor.

La estación del tren, a la que Gabo llegaría con su madre en 1952 en uno de los viajes más importantes de su vida, como detalla en su autobiografía «Vivir para contarla»; la casa del telegrafista, donde trabajaba su padre y hoy en plena restauración; la escuela Montessori, en la que cursó sus primeros estudios…

Estos escenarios formarían parte de una futura «ruta Macondo», como explica el alcalde cataquero, quien asume que «Gabo dejó de ser de Aracataca y pasó a ser un personaje mundial», pero al tiempo expresa su deseo de que la localidad se convierta en el «epicentro» de ese «tour» que también incluiría a Santa Marta y Cartagena.

La ciudad en la que nació el nobel colombiano no cuenta con una librería, pero sí con una papelería que, además, vende sus novelas. Elsa, su propietaria, declara que «muchos turistas extranjeros» acuden a su tienda a comprar ejemplares.

Gabo pisó por última vez Aracataca en 2007, cuando cumplió 80 años y habían transcurrido 25 desde la concesión del Premio Nobel de Literatura.

En aquella ocasión, llegó a la misma estación de tren donde esta vez los ruteros han podido contemplar el paso de un convoy de 150 vagones procedente de Santa Marta.

La Ruta BBVA se parece bastante a ese «país sin fronteras», como Gabo denominaba en su autobiografía a Aracataca. Ahora Macondo sigue esperando la vuelta a casa de su hijo más ilustre.

Fuente: Noticieros Televisa

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Aletia Molina