Basta con que un hashtag con un nombre tan ominoso como ‘blackmonday’ (lunes negro) alcance los primeros lugares en las listas de trendig topics para que las redes sociales mexicanas pierdan la cabeza y comiencen a barajar destinos apocalípticos para la economía nacional

El 24 de agosto amaneció con la noticia de que las bolsas asiáticas sufrieron una fuerte caída que, inevitablemente, afectará la economía del resto del mundo; sin embargo, la realidad es que la situación no es tan cercana ‘al fin de los tiempos’ como los tuiteros quieren hacer creer a través de memes e imágenes.

Lo que sucedió hoy  está ejemplarmente explicado en este artículo, pero, en resumen, las cosas están así:

Las acciones chinas se desplomaron más del 8%, lo que, en turno, hizo que la bolsa Nikkei de Japón registrara su mayor caída en más de dos años.

Por su parte, los precios del petróleo cayeron más de un 4% a nuevos mínimos de seis años y medio, lo que afecta a las economías petroleras, en especial a la mexicana, que lleva gran parte de finales de agosto rascando los 17 pesos por dólar, una situación que, sicológicamente, parece afectar demasiado a los mexicanos que relacionan directamente el precio del dólar con el bienestar social.

No obstante, el que el dólar se encarezca no significa que el peso valga menos, sino que su participación en los mercados internacionales es cada vez menor frente a la del dólar, enfre otros factores.

Los especialistas dicen que es mejor dejar de llamar a las caídas en la bolsa como ‘algo negro’, especialmente porque suena mucho más grave de lo que es y porque, técnicamente, un número negro es mejor que el rojo.

La caída de hoy no alcanza niveles como los de la crisis financiera de 2008 y menos cuando algunos enterados en la economía internacional consideran que el mundo aún no acaba de salir de aquel bache.

Fuente: Excélsior