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A 70 años de la tragedia nuclear

Publicado por
Aletia Molina

Las dos ciudades japonesas que fueron bombardeadas por Estados Unidos, hace siete décadas, son el símbolo del resurgimiento y potencialización de Japón

Cada 6 y 9 de agosto, después de 1945, Japón recuerda una de las páginas más dolorosas de la historia mundial: las ciudades de Hiroshima y Nagasaki fueron destruidas por Estados Unidos con dos bombas atómicas.

Según el entonces presidente estadunidense Harry Truman, haber arrojado “Little Boy” sobre Hiroshima y “Fat Man” sobre Nagasaki aseguró la rendición incondicional del emperador japonés Hirohito, pues de lo contrario, se habría necesitado una invasión armada que hubiera prolongado la guerra otro año y costado la muerte en combate de un millón de estadunidenses en combate.

Los japoneses estaban tratando de rendirse y buscaban la mejores condiciones de rendición, ¿por qué lanzar la bomba atómica, si la invasión no iba a comenzar dentro de tres meses?”, dijo el profesor de Historia de la Universidad Americana, Peter Kuznick, en entrevista con el diario japonés The Asahi Shimbun.

Este año el país asiático, que busca que su ejército tenga participación en el exterior de sus fronteras con el fin de garantizar una paz activa en el mundo, conmemorará el 70 aniversario de aquel acto que terminó con cientos de miles de japoneses y marcó el fin de la Segunda Guerra Mundial.

El pasado 16 de julio, la Cámara baja del Parlamento japonés aprobó el proyecto de ley de seguridad nacional que permitirá que las Fuerzas Armadas del país participen en operaciones en el exterior por primera vez desde el fin de la II Guerra Mundial.

Seis días después de la detonación sobre Nagasaki, el 15 de agosto, Japón anunció su rendición incondicional frente a los Aliados, haciéndose formal el 2 de septiembre.

De acuerdo con documentos de la embajada de Japón en México, el primer ministro de Japón, Shinzo Abe, ha señalado en este sentido que “Japón construyó con seriedad un país libre y democrático en base a un sentimiento de profundo arrepentimiento por la Segunda Guerra Mundial y ha contribuido a la paz y a la prosperidad del mundo”.

 

DOS CIUDADES DEVASTADAS

Hiroshima, que fue el escenario del primer bombardeo atómico de la historia, y Nagasaki, hoy en día son dos ciudades que muestran al mundo como Japón, en lugar de seguir en guerra, decidió ponerse de pie para convertirse en una de las potencias económicas asiáticas y del mundo.

Las bombas atómicas que lanzó Estados Unidos provocaron la muerte instantánea de al menos 120 mil personas en Hiroshima y unas 70 mil en Nagasaki. Pero muchas más han muerto por los efectos de la radiación y cada año se inscriben nuevos nombres en la lista de las víctimas de los bombardeos. Se estima cerca de 380 mil fallecidos.

Con todo y eso, la carrera nuclear no se ha frenado. Hoy el mundo cuenta con 19 mil armas nucleares, de las cuales unas dos mil permanecen en estado de alerta instantánea.

“Little Boy” era una bomba de uranio de aproximadamente tres metros de largo, cargaba 64 kilogramos de material y pesaba cuatro toneladas y media, estalló como estaba planeado, a unos 600 metros sobre Hiroshima, dos kilogramos de uranio sufrieron fisión nuclear, provocando un lanzamiento de 16 kilotones de fuerza explosiva. Como esa ciudad se encuentra en una planicie, la bomba causó un inmenso desastre.

La otra bomba, “Fat Man”, fue liberada tres días más tarde en la ciudad de Nagasaki, el 9 de agosto de 1945. Pesaba 4,630 kilogramos; cerca de 900 gramos de los seis kilogramos de plutonio contenidos en la bomba, sufrieron fisión nuclear en el momento de la detonación a 500 metros por encima de Nagasaki, liberando 21 kilotones de fuerza explosiva. La bomba explotó sobre un valle y parte de la ciudad fue protegida de la detonación.

Las bombas se originaron en una simple carta, la que inició el llamado Proyecto Manhattan, nombre clave del primer programa atómico de Estados Unidos; que emplearía 130 mil trabajadores con un costo final de dos billones de dólares de 1945 con el objetivo de superar el proyecto nuclear nazi (nombre clave Proyecto Uranio), dirigido por Ernest Heisenberg, mediante el desarrollo de una bomba atómica funcional, la cual fue autorizada para ser creada por el presidente Roosevelt el 9 de octubre de 1941.

El embajador de Japón en México, Akira Yamada, dijo a Excélsior TV que “los dos acontecimientos siempre nos quedan como un incidente muy importante, que no podemos olvidar, porque es una experiencia muy dura que no se debe repetir y no sólo quiero decir que los japoneses, sino tampoco el ser humano debe repetir esta experiencia”.

 

CIUDADES DE PROGRESO

De acuerdo con la página de la embajada de Japón en México, Hiroshima fue fundada en 1589 sobre la costa del mar Interior de Seto por el señor feudal Mōri Terumoto, que la convirtió en capital después de marcharse del castillo de Koriyama en la provincia de Aki.

Actualmente, Hiroshima es el centro de la industria de la región de Chugoku-Shikoku. Es una ciudad portuaria y su aeropuerto internacional es utilizado para el transporte de mercancías. Su principal fuente es la industria automotriz, donde lidera Mazda.

No es posible entender el siglo XX sin Hiroshima. Lo mismo puede decirse del siglo XXI. No podemos entender ni el presente ni el futuro sin entender lo que pasó en Hiroshima y Nagasaki”, dicen el siquiatra Robert Jay Lifton y el periodista Greg Mitchell.

Igual que Hiroshima, Nagasaki es una ciudad llena de recuerdos dolorosos por la bomba atómica que el avión “Bockscar” lanzó sobre esta ciudad el 9 de agosto de 1945.

Históricamente, la ciudad de Nagasaki, situada en la costa oeste de Kyushu, ha sido un importante puerto y centro de comercio con países extranjeros. Durante los 300 años de cierre del país, periodo conocido bajo el nombre de sakkoku, fue el único punto de acceso para los bienes y la cultura occidental.

Setenta años después de los ataques, todavía se discute si se trató de un crimen de guerra o de una acción legítima para poner fin a la carnicería en que se había convertido el llamado Frente del Pacífico; si Estados Unidos debió continuar o no con la lucha a través de las armas convencionales hasta lograr la derrota de Japón.

La voluntad e interés de las personas que sobrevivieron a esta catástrofe, los hibakusha, es que el mundo conozca la realidad que vivieron para evitar que se pueda volver a repetir un hecho como este.

 

FUERTES ALIADOS

También siete décadas después, Japón es un aliado clave de Estados Unidos en Asia. Y ante la escala y el alcance de las crecientes fuerzas militares chinas, Japón ha decidido modernizar sus propias fuerzas.

Su ejército, oficialmente definido como Fuerzas de Autodefensa, tiene unos 150 mil efectivos y es relativamente pequeño en comparación con las de algunos de sus vecinos, pero en relación con otros ejércitos puede parecer grande: las fuerzas británicas, que son un actor de categoría media para la OTAN, tienen 84 mil soldados, según la BBC.

Fuente: Excélsior

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Aletia Molina

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