Hoy en día, la tuberculosis (TB) sigue siendo un problema importante de salud pública en diversos países, particularmente en regiones con difícil acceso a servicios públicos y clínicas, con el mayor número de casos registrados en África y Asia, concretamente en la India y China. La TB es la enfermedad de origen bacteriano que ocasiona mayor número de casos nuevos y muertes (1.8 millones de personas fallecen al año por tuberculosis) a nivel mundial.
Esta enfermedad se manifiesta de diversas formas en las personas afectadas, y se puede desarrollar en cualquier región del cuerpo, si bien generalmente se presenta en la mayor parte de los casos (80%) como una infección pulmonar que va desde una infiltración leve a crónica, cavernosa y severamente destructiva.
El grado de daño se asocia básicamente al estado del sistema inmune de la persona infectada, ya que la patogénesis de la TB se debe a la respuesta del hospedero y a las estrategias de supervivencia que activa la bacteria, las cuales se modifican en diversos padecimientos, incluyendo la diabetes mellitus.
TUBERCULOSIS Y DIABETES EN MÉXICO Y EL MUNDO. Si bien la TB en México, de acuerdo a cifras estimadas de la Organización Mundial de la Salud (OMS), no representa un problema alarmante como ya lo es en África y Asia, sí continúa como uno de los principales problemas de salud pública en México, debido a que anualmente se estima que se presentan 20 mil casos nuevos y 2 mil muertes a causa de esta enfermedad. La combinación de la infección por el VIH con la tuberculosis es letal, pues una acelera la evolución de la otra. No obstante lo anterior, en México, el riesgo de contraer tuberculosis debido al VIH es sólo del 2%, comparado con 25% en los casos de personas con diabetes en el sureste del país (Ponce-De-Leon et al., 2004), así como también en el noreste (Penuelas-Urquides et al., 2014), y es en este escenario donde gana relevancia el no perder de vista la atención a ninguna de estas enfermedades. Por otro lado, según datos de la Federación Internacional de Diabetes, la prevalencia global alcanzó 382 millones en 2013 y se predice llegue a 592 millones para 2035 [revisado en (Hodgson et al., 2014)].
VACUNAS DE NUEVA GENERACIÓN. Mycobacterium bovis Bacillus Calmette-Guérin (BCG) es la única vacuna actualmente disponible y aprobada por la OMS para prevenir (reducir la incidencia de) la TB en humanos, mediante una estrategia profiláctica de inmunización, aplicada muy cercana al nacimiento. La cepa BCG ha sido utilizada como vacuna en seres humanos desde 1921, y a la fecha han sido administradas más de 3 mil millones de dosis con cerca de 115 millones de dosis adicionales aplicadas anualmente a alrededor del 80% de los niños en el mundo.
Esta vacuna confiere protección contra tuberculosis meníngea a niños, si bien no previene la tuberculosis pulmonar que ocurre en 80% de los casos, como tampoco es efectiva contra la tuberculosis latente, estimada en afectar a un tercio de la población global. En años recientes, se encontró que una vacuna BCG modificada por ingeniería genética, que produce una proteína derivada del gen hsp65, tuvo efecto protector en un modelo de ratón diabético no obeso, pero no en la diabetes inducida por tratamiento con estreptozotocina (da Rosa et al., 2013).
Por otro lado, se encontró que pacientes norteamericanos con diabetes tipo 1 a los que se les administró BCG sin cambio alguno, veían modificada la autoinmunidad que padecían, y se les restablecía la secreción de insulina (Faustman et al., 2012). Esto hace pensar que la administración de BCG genéticamente modificada para incrementar sus capacidades de seguridad y/o inmunogenicidad, podría tener un efecto terapéutico o preventivo mejorado en personas con diabetes, de modo que los esfuerzos de investigación dedicados en esta área parecen ser particularmente necesarios en nuestro país, afectado con ambas enfermedades y con un riesgo ya señalado por el incremento de complicaciones cuando se presentan ambas enfermedades, de impactar aún más nuestro sistema de salud público y privado.
Dentro de los cambios que ocurren en pacientes con diabetes y que pueden promover susceptibilidad a tuberculosis, se presenta una disminución del antioxidante glutatión reducido (GSH) (Banerjee et al., 2011; Lagman et al., 2015). Este antioxidante también se encuentra disminuido durante la tuberculosis pulmonar, como ocurre además con la vitamina C (Vijayamalini and Manoharan, 2004).
En ensayos realizados en laboratorios de experimentacion con modelos celulares, se ha observado que el incremento de GSH mejora el control de la infección por M. tuberculosis (Lagman et al., 2015), y de manera interesante, la vitamina C incrementa los niveles de GSH (Lenton et al., 2003).
Asimismo, se ha demostrado in vitro que la vitamina C tiene un potente efecto promotor de la muerte deM. tuberculosis(Vilcheze et al., 2013), mientras que en estudios clínicos, se ha encontrado que el uso de vitamina C (500 mg diariamente) en combinación con la terapia estándar de fármacos durante la tuberculosis pulmonar, disminuye la probabilidad de progresión a enfermedad fibrocavernosa (Volchegorskii et al., 2009). Además, en un meta-análisis de estudios clínicos, se encontraron efectos benéficos de vitamina C en la reducción de glucosa en sangre en ayuno en personas diabéticas, si bien se advirtió la falta de información sobre la seguridad del uso prolongado de esta vitamina (Tabatabaei-Malazy et al., 2014).
Estas evidencias, en conjunto, sugieren que la incorporación de vitamina C en los tratamiento de diabetes, tuberculosis, y quizá ambos padecimientos cuando ocurren simultáneamente, podrían traer efectos positivos en disminuir las complicaciones padecidas por las personas afectadas, aspectos que sin duda merecen la pena ser valorados en proyectos de investigación que contribuyan a esclarecer esta sugerencia, para confirmar si es seguro incluirlos dentro del tratamiento provisto en los espacios hospitalarios de atención a estos grupos.
Opinión de Mario Alberto Flores Valdez, Integrante del Centro de Investigación y Asistencia en Tecnología y Diseño del Estado de Jalisco, A.C. (Publicado en Crónica)