Es el calzado por excelencia que eligen las mujeres. Sin embargo, hay estudios que indican que pueden generar lesiones. Cómo lucirlos sin miedo
Los zapatos de tacón alto fueron siempre controversiales y las mujeres que los utilizan -y que viven en carne propia el dolor que producen- fueron históricamente atormentadas por los supuestos efectos a largo plazo de este tipo de calzado. Dos estudios recientes muestran que este «mito» tiene mucho de realidad. Sin embargo, aún no es necesario eliminarlos del guardarropa.
La elección del calzado es determinante en la postura y el movimiento del cuerpo. Por ejemplo, las personas que corren descalzas tienen más posibilidades de caer con la parte delantera del pie -el metatarso- mientras que las que usan zapatillas de correr suelen apoyarse en los talones.
Aquellos que son en punta, por ejemplo, pueden conducir a una larga lista de problemas en los pies como callos, dedos en martillo, juanetes, fascitis plantar, endurecimiento o reducción del tendón de Aquiles y neuroma o neuritis de Morton, que es una sensación de hormigueo, ardor o adormecimiento entre el tercer y cuarto dedo del pie. Las afecciones pueden producirse también en las piernas y en otras partes del cuerpo, como en la espalda o el cuello.
Además, estos zapatos pueden arruinar la alineación del cuerpo. «Los pies son la base y cuando usas zapatos altos, cambiás tu centro de equilibrio», dice Emily Splichal, podóloga especialista en movimiento humano y autora del libro ‘Everyday is Your Runway: A shoe Lover’s Guide to Healthy Feet & Legs’.
Muchas mujeres no pueden o no quieren evitarlos por sus códigos de vestimenta laborales o porque simplemente les gusta usarlos. Para eso, algunos consejos de los especialistas que pueden para fortalecer los tobillos y los pies.
-Menos altos y más anchos: Cuanto más bajos los zapatos, menor es el daño y de esta manera no se ve alterada la biomecánica de la forma en que se camina, disminuyendo la tensión en la espalda y las caderas. Por su parte, los zapatos anchos brindan un mejor apoyo y afortunadamente están de moda.
-Prestar atención a la postura: «Tienes que usar los zapatos, no los zapatos a vos», dice la doctora Splichal. «Sé consciente de cómo se posiciona tu cuerpo y contrarrestá la inclinación de la pelvis, manteniendo una postura neutral, los hombros hacia atrás, el pecho hacia fuera y las rodillas relajadas. Resistí la tentación de caer en la punta del pie distribuyendo el peso de manera uniforme entre los talones y las puntas del pie».
-Cambiar los hábitos: «Cada zapato tiene diferentes puntos de tensión, así que alterná las alturas de tus zapatos durante toda la semana para darle un descanso a tus pies», recomienda Splichal. «Otra buena idea es llevar los tacos en un bolso y caminar con zapatillas hasta llegar a donde tengas que ir». Por su parte, el doctor Cronin sugiere sacarse los zapatos mientras se está sentado ya que su uso, incluso cuando no se está en movimiento puede alterar el reposo de los músculos y los tendones alrededor del tobillo, pudiendo desestabilizar la articulación y aumentando el riesgo de lesiones.
-Buscar suelas más blandas: Las suelas blandas dentro de los zapatos actúan como una especie de amortiguador, disminuyendo el impacto entre el pie y el suelo y reduciendo la tensión en las rodillas. Es importante evitar los zapatos de mala calidad y respetar la regla número uno: no correr con tacos, porque las fuerzas de impacto se concentran sobre una pequeña región del pie provocando dolor.
Fuente: Infobae