En los próximos años, tu auto tendrá la capacidad de encontrar el camino más rápido para ir al trabajo por la mañana así como también de ordenar un café, pagarlo y guiarte para ir a recogerlo.
Esta transformación del auto en un dispositivo móvil para todo servicio lleva hacia una potencial mina de oro. Los ingresos de las transmisiones de datos y los componentes de conectividad podrían convertirse en un mercado de 180 mil millones de euros (unos 200 mil millones de dólares) en 2020, estima la consultora McKinsey. Es un blanco rico para Apple y Google, y los fabricantes de autos también se pelean por tener su participación.
En lugar de limitarse a producir hardware de transporte, “tenemos que ingresar en la industria de los servicios de una manera más amplia”, dijo Tony Douglas, responsable de servicios móviles de BMW, en una sala repleta de ejecutivos en una conferencia reciente en Munich.
El sector del transporte está listo para ser sacudido. O bien impulsamos de alguna manera esa perturbación y ganamos con los nuevos modelos empresariales que surgirán, o dejamos que lo hagan otros
Los datos de localización muy afinada se consideran cruciales para crear nuevos servicios –como un auto que compre café- y conducir eventualmente vehículos automáticos. Ser propietarios de HERE garantizaría a los fabricantes de autos alemanes tener una alternativa a Google. Depender de los mapas de la compañía de búsqueda podría significar perder información clave de los clientes.
Los autos que se conectan a Internet, así como los teléfonos inteligentes individuales, generan datos equivalentes a 10 mil correos electrónicos cada hora.
Sumada al software predictivo y a los sistemas de pago móvil, la información sobre el paradero de las personas y sus tendencias puede constituir un recurso valioso.
Los datos de los autos también podrían ser cruciales para hacer que las rutas sean más seguras. Si las ruedas derrapan en un terreno helado, el vehículo podría transmitir automáticamente esa información a otros en ese mismo tramo.