Monarcas aprovecha los descuidos defensivos de los celestes para maniatarlos a su antojo. Gerardo Torrado falla un penal
La Máquina de Cruz Azul no tuvo marcha, ideas para desequilibrar, contundencia y su defensa cometió graves descuidos en la goleada que recibieron por parte de Morelia por 3-0 en casa celeste.
Jefferson Cuero abrió el marcador al 34 y Pablo Velázquez marcó doblete al 41’ y 49’.
Gerardo Torrado pudo cambiar el rumbo del partido, pero falló una pena máxima cuando el marcador estaba 0-0.
Los michoacanos, más que sumar tres puntos en la clasificación, lo hicieron para colocarse a uno de Chivas de Guadalajara en la tabla porcentual y por encima de Dorados de Sinaloa, rivales con los que peleará en el Apertura 2015 y Clausura 2016 evitar el descenso.
A La Máquina no le salió nada bien, pudo irse 2-0 al descanso, pero la situación fue al revés. Al minuto 19, Jerónimo Amione sacó disparo que pegó en la horquilla.
Después, pasada la media hora de juego, al 31, Gerardo Torrado falló un penal, que provocó el ecuatoriano Joao Rojas, quien cayó por falta del argentino Facundo Erpen y luego el zaguero Emmanuel Loeschbor dejó ir el gol a bocajarro, le restaron cualidades ofensivas.
Tras ser perdonado, Monarcas Morelia despertó y mostró contundencia ante la flaca marcación local, Jefferson Cuero abrió el marcador con certero cabezazo, luego del pase de José Antonio Olvera.
Antes del descanso, en una buena jugada Cuero tocó en bandeja de plata a Pablo Velázquez y sin problemas empujó al fondo de las redes para el 2-0 contundente.
Cruz Azul careció de rodaje, tuvo un equipo chato, lo rescatable fueron los debuts de Juan Carlos García y Víctor Zúñiga, a quien el nerviosismo le ganó y erró su remate a bocajarro para poder recortar distancias en el amanecer del segundo tiempo.
La visita estiró la ventaja 3-0 con otro tanto de Velázquez. Remató suave por encima de Jesús Corona.
Con el partido ya definido, los cementeros trataron de cerrar con dignidad pero con pocas ideas, Joao Rojas tuvo el gol pero Cirilo Saucedo tapó de buena manera en dos tiempos.
Fuente: Excélsior