Se acabó lo que se daba. En otras palabras, se terminó la paciencia y con ella la tolerancia federal ante los privilegios del magisterio oaxaqueño disidente.
Por la vía “corta” del decreto, el gobernador Gabino Cué puso fin a una aberración creada hace 23 años –1992– por su antecesor priista Heladio Ramírez, quien prácticamente cedió el control total del sistema educativo de Oaxaca a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación.
La desaparición del Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO) deja sin asideros a Rubén Núñez Ginés y sus 80 mil huestes belicosas. El líder de la Sección 22 de la CNTE pierde de tajo el control de un gran negocio construido sobre los cimientos de la corrupción política, en perjuicio de varias generaciones estudiantiles.
El golpe a los maestros rebeldes es histórico; se venía cocinando desde hace varias semanas con auditorías a los funcionarios del IEEPO, a las órdenes de la CNTE y con investigaciones a los líderes magisteriales, y con la ruptura del diálogo en la Secretaría de Gobernación. Todos estaba diseñado para ejecutarse al iniciar las vacaciones, con los maestros distraídos, y con la guardia baja.
Por cierto, el manotazo llega en oportuno momento del Gobierno Federal, humillado y ridiculizado por la fuga de “El Chapo” Guzmán. Así no estaba planeado, pero en estos días, todo lo que escurra es miel.
Desde luego, esto no se ha acabado. Rubén Núñez amenaza con una reacción devastadora, en cadena. Advierte que la Sección 22 se opondrá a la decisión del Gobierno que le arrebata algo que según él le pertenece.
EL MONJE LOCO: ¡Traidores! acusa la CNTE al gobierno con la gente. ¿y qué le grita la gente a la CNTE?