No hay día sin huella en Oaxaca.
Cuando el gobierno federal hace todo lo necesario –y más– para destruir el enquistado imperio caciquil de la Sección 22 de la CNTE, surge una nueva amenaza: exhumar el cadáver de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO), que hace nueve años puso de cabeza al estado al grito jamás logrado de ¡Ya cayó, ya cayó, Ulises ya cayó!.
No cayó Ulises Ruiz –ex gobernador de triste memoria– ni se logró nada como no fuera ampliar los privilegios de la prole antigobiernista, poner contra la pared el Estado de Derecho y convertir al líder Flavio Sosa de preso común en preso político y después legislador en el Congreso de local.
Hoy Macario Otalo Padilla anuncia la resurrección de la APPO como un brazo poderoso en apoyo a la rebeldía magisterial.
¿El resucitado gobernador Gabino Cué podrá tomar decisiones locales para problemas locales o tendrán que resolver la nueva amenaza de la APPO con otro llamado de auxilio a las fuerzas federales?
Mientras los fantasmas deambulan en la noche de Oaxaca, el Presidente de la República anuncia otro efectivo coscorrón a la CNTE –uno más–: el retiro de la certificación escolar que otorgaba la disidencia magisterial como requisito indispensable para que las maestras oaxaqueñas tuvieran acceso a los programas sociales de Progresa. Hasta la semana pasada, los certificados eran emitidos mañosamente por la Sección 22 a cambio de que las docentes asistieran a engordar el caldo de marchas, mítines y plantones; pura extorsión.
Sume a todo eso la advertencia presidencial ante el engaño de la CNTE que califica de punitiva la evaluación docente.
El Presidente de la República afirma y confirma el carácter laico, gratuito, público y constitucional de la educación nacional. No tiene vuelta de hoja.
Además, las puertas del IEEEPO quedan cerradas para siempre a los sindicalistas rebeldes; estará integrado sólo por personal “de confianza”. La CNTE queda ausente.
Con la reestructuración del IEEEPO, “los rebeldes con causa” ya no podrán ordeñar la tesorería del organismo público, de donde sacaban todo el billete para financiar sus concentraciones de protesta.
El plan federal de cercar y asfixiar a la disidencia magisterial demuestra –por fin– la verdadera fuerza del Estado, harto de amenazas, extorsiones y chantajes.
¿La APPO sabrá leer la letra chiquita del nuevo “diario oficial”?
EL MONJE LOCO: Por culpa de la CNTE, la APPO y el IEEPO se reestructuran simultáneamente.