La contaminación atmosférica y el ejercicio al aire libre es una combinación poco saludable que incrementa el riesgo de enfermedades cardiovasculares y pulmonares, advirtió la investigadora de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM, Ana Rosa Moreno
La especialista comentó que si bien no existen datos concretos que indiquen que la práctica deportiva en condiciones de deterioro ambiental es perjudicial, se piensa que su conjunción incrementa, a corto plazo, el riesgo de enfermedad e incluso la muerte.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) registra 15 mil decesos al año atribuibles a la contaminación atmosférica, sólo superado por Brasil, que acumula 23 mil muertes.
En octubre de 2013, la Agencia Internacional de Investigación de Cáncer de la OMS, clasificó a la contaminación atmosférica como carcinógena.
“Ahora se sabe que la exposición a ésta puede derivar en cáncer de pulmón”, subrayó la investigadora de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Ana Rosa Moreno destacó que estudios recientes de la Asociación Americana del Corazón concluyen que los cambios transitorios en el deterioro del entorno se asocian con el aumento de riesgo de afecciones cardiovasculares.
Se trata de una evidencia científica convincente entre la contaminación del aire y la isquemia cardiaca e infarto, arritmia ventricular, exacerbación de insuficiencia cardiaca y ataque fulminante, así como un daño significativo a las pequeñas vías respiratorias de los pulmones.
La especialista definió que cuando la exposición a contaminantes del aire se da en condiciones de ejercicio en exteriores, una de las razones del aumento de riesgo se debe a que durante la actividad aeróbica el individuo inhala más aire y con mayor profundidad.
Al hacer esa actividad se respira a través de la boca, por lo que el aire no pasa por las fosas nasales, que son las que filtran las partículas suspendidas de mayor tamaño, así que se introducen más contaminantes en los pulmones e irritar el tracto respiratorio.
Sin embargo, la especialista reconoció que aún no está claro el riesgo por el nivel o tiempo de exposición, por lo que pidió no olvidar que el ejercicio tiene beneficios claros para la salud y tiene que realizarse, a menos que un médico indique lo contrario.
Ante ello, la universitaria sugirió enfocarse en las formas de minimizar los riesgos por la exposición.
Fuente: La Jornada