Los bomberos del Distrito Federal acusan que sus uniformes están rotos, los cascos no protegen, las mangueras no sirven. El tiempo de vida de las herramientas es de 3 años; las de ellos tienen más de 10 años
Son como indigentes, andan en harapos. Pantalones raídos, botas remendadas, cascos que no ofrecen ningún tipo de protección, chamarras que dan pena… De los vehículos, ni hablar, en la estación de Culhuacán, “el más nuevo” tiene ya nueve años de servicio, muchos de sus componentes ya no le sirven, “pero para la ciudadanía somos héroes y hay que responder con lo que se tenga, casi siempre con mucho ingenio”.
En la Ciudad de México hay mil 700 bomberos, es decir, uno por cada cuatro mil 700 habitantes. No se puede decir que estén ahí por el salario, 9 mil pesos al mes más vales de despensa y, esporádicamente, un bono de 500 pesos. “es pura vocación de servicio”, dicen.
De acuerdo con las normas internacionales, el equipo de protección de un bombero tiene una vida útil de tres años, pero a ellos, si tienen suerte, el gobierno capitalino se los cambia cada diez. La última vez llegaron mil equipos nuevos; es decir, 700 elementos tendrán que seguir esperando.
Mangueras caducas y ya fuera de norma, motosierras inservibles, camiones remendados y llantas lisas que los ponen en serios riesgos, motobombas que dejaron de funcionar hace mucho tiempo, trajes protectores contra sustancias peligrosas que sólo están de adorno porque están rotos e inservibles, forman parte de su realidad cotidiana, a ello nos enfrentamos a diario los bomberos del DF.
Fuente: El Financiero