La ropa inteligente es un negocio en auge. Según las previsiones de CCS Insight, empresa de información sobre dispositivos y redes de conexión, el consumo de dispositivos electrónicos incorporados en la vestimenta pasará de los 9,7 millones registrados en 2013 a 135 millones en el año 2018. Como refleja el diario La información.com, la evolución de los tejidos inteligentes y su relación con la medicina preventiva apoya esta afirmación.
Un claro ejemplo es el iTBra, un sujetador en cuyo desarrollo ha participado la Universidad Tecnológica de Nanyang, en Singapur, y que incluye parches portátiles que detectan pequeños cambios de temperatura circadianos en las células de mama. Los datos se envían directamente al laboratorio Cyrcadia Salud. Los expertos aseguran que el porcentaje de acierto en la detección de tumores es de 85%.
La misma publicación especifica que la ciencia va más allá y cuenta con otros modelos de ropa inteligentes:
Prevención de ataques cardiacos
Varias empresas han desarrollado modelos deportivos con sensores biométricos y electrocardiogramas que registran la frecuencia cardiaca del usuario. Los resultados llegan directamente al teléfono móvil.
Emergency Bra-mask
Este sujetador, que tiene un coste total de 20 euros, puede salvar vidas porque funciona como una mascarilla anti-gases tóxicos. La creadora Elena Bodnar se inspiró en Chernobyl para apostar por un modelo que puede salvar vidas en casos graves de contaminación ambiental.
Ropa infantil para bebés
Ser madre primeriza parece mucho más fácil gracias a las creaciones de Rapife, una empresa española que comercializa bodies que cambian de color cuando los pequeños tienen fiebre, que protegen de los rayos UV y patucos que miden las constantes vitales.
True Love Tester
Este curioso sujetador es capaz de medir el grado de excitación de la mujer a través de sus pulsaciones de forma que, cuando alcanza un punto máximo, se desabrocha solo. La iniciativa, obra de una empresa japonesa, se conecta a través de Bluetooth a un dispositivo móvil.