Miles de turistas se preparaban este sábado para abandonar Túnez, a un día del sangriento atentado reivindicado por el grupo autodenominado Estado Islámico (EI) contra un hotel en la ciudad turística de Susa, que dejó 38 muertos, en su mayoría británicos.
Centenares de visitantes extranjeros se agolpaban desde la madrugada de este sábado en el aeropuerto de Enfidha, entre la capital tunecina y Susa, para ser evacuados del país.
La mayoría de los vuelos que aparecían en las pantallas del aeropuerto eran con destino a Londres, Manchester, Amsterdam, Bruselas y San Petersburgo.
Una pareja británica que llegó el miércoles a Susa contó que el organizador de su viaje les dijo que regresaran.
«Tenemos miedo, el sitio no es seguro», dijo otro joven, Leon, originario de Gales.
«Nuestra agencia nos aconsejó volver de inmediato a nuestro país, a Bélgica. Era obligatorio dejar de inmediato el país», aseguró Aziz, un joven turista.
Según el operador belga Jetair, hasta el sábado por la noche unos 2 mil clientes habrían sido repatriados a Bélgica.
El tour operador Thomson anunció el envío de diez aviones para repatriar a unos 2 mil 500 turistas británicos, así como la anulación de todas las estadías la próxima semana en Túnez.
Entre los fallecidos en el atentado, diez cadáveres han sido identificados: ocho británicos, una belga, un alemán, según el Ministerio de Salud, que informó que hubo 39 heridos, especialmente británicos, alemanes y belgas.
Irlanda, por su parte, indicó que una ciudadana de ese país también está entre los muertos. De momento no habría víctimas francesas, según el Ministro francés de exteriores, Laurent Fabius.
El Primer Ministro británico, David Cameron, dijo que su país debía prepararse para que haya muchos británicos entre las víctimas del ataque.
Después del atentado, cometido por un estudiante tunecino, el Primer Ministro del país africano Habib Essid, afirmó que unas 80 mezquitas acusadas de incitar al terrorismo serían cerradas, y anunció que iba a recurrir a los reservistas del Ejército para reforzar la seguridad en los lugares considerados sensibles.
El presunto autor del atentado, el peor en la historia reciente de Túnez, había escondido su arma en una sombrilla, haciéndose pasar por un turista más. Disparó a la gente que había en la playa y después entró al hotel Riu Imperial Marhaba de Port el Kantaoui, en Susa, a 140 km al sur de la capital, para matar a las personas que tomaban el sol o se bañaban en las piscinas.
Este ataque coincidió también con una oleada de atentados registrados el mismo día en Kuwait, donde murieron al menos 27 personas en un acto reivindicado también por el EI, y en Francia, donde una persona fue decapitada.
Estas acciones se produjeron tres días antes del primer aniversario del «califato» proclamado por el EI en los territorios que ha conquistado en Siria e Irak.
Esta matanza supone otro golpe al esencial sector del turismo en Túnez, tres meses después del ataque contra el Museo del Bardo en la capital, que dejó 22 muertos, de los que 21 eran turistas.
Desde la Primavera Árabe, que inició en Túnez en 2011, el país se enfrenta a una creciente amenaza yihadista, que ataca principalmente al turismo, un sector que representa más del 7 por ciento del PIB del país y genera casi 400 mil 000 empleos directos e indirectos.
Atentado dirigido contra la ‘alianza cruzada’
El ataque de este viernes en Túnez fue reivindicado por el grupo extremista sunita Estado Islámico en un comunicado difundido por cuentas yihadistas en Twitter.
El grupo EI lo justificó alegando que la mayoría de los turistas agredidos eran de estados de la «alianza cruzada» que combate el estado del califato, en alusión a la coalición internacional antiyihadista.
El autor del atentado, quien fue abatido por la Policía, se llamaba Seifeddine Rezgui y era originario de Gaafur, al noroeste del país africano, aunque estudiaba en Kairuan, en el centro.
No estaba fichado por las autoridades, según el secretario de Estado de Seguridad, Rafik Chelly, quien precisó que habría actuado solo.
Según un testigo tunecino, el atacante disparaba contra turistas pero no contra locales.
«El terrorista nos dijo ‘aléjense, no he venido por ustedes’. No nos disparó, disparó contra los turistas».
Fuente: Reforma