La tendencia al alza es evidente al revisar los años anteriores. En 2013, hubo 9 mil 300 peticiones solicitudes de asilo de mexicanos en Estados Unidos, por lo que el aumento para 2014 representó 34%. La nacionalidad china ocupó ese año el primer lugar con 12 mil 300 casos.
Los números para 2012 señalan a China nuevamente como el primer país solicitante de asilo (15 mil 450), seguido por México con un estimado de 8 mil 186 personas.
Según cifras de ACNUR, los mexicanos que buscaron asilo entre 2006 y 2013 fueron 73 mil 745; de ellos, más de 31 mil para Canadá y más de 42 mil para Estados Unidos, la mayoría de estos últimos entre 2010 y 2013.
Marielena Hincapié, del National Immigration Law Center, asegura que los principales argumentos para esta solicitud es la violencia que se experimenta en los países de origen. Considera que la crisis migratoria de menores migrantes no acompañados tuvo de alguna manera implicación en que los números crecieran también.
“La gente huye de México por la violencia, por inseguridad, amenazas de muerte o porque vieron que a un familiar le ocurría una tragedia. Para nosotros fue sorprendente que México fuera el primer lugar, eso sólo demuestra que las personas se sienten amenazadas, perseguidas. Conocemos que muchos de ellos piden asilo al cruzar la frontera”, dice.
Para Ariadna Estévez, del Centro de Investigaciones Sobre América del Norte (CISAN) de la UNAM, el caso de los mexicanos que en los últimos nueve años han tenido que abandonar el país y solicitar asilo a otras naciones, ha sido por causas como la violencia criminal, la homofobia y los conflictos étnicos.
El refugio y el asilo son figuras legales de protección internacional que pueden solicitarse a la legislación humanitaria y de derechos humanos si se comprueba la persecución por cinco razones fundamentales o categorías protegidas en la ley respectiva: motivos de raza, religión, nacionalidad, membresía a un grupo social en particular y/o opinión política.
“Los connacionales los piden por las crisis de derechos humanos, porque han padecido extorsión o secuestro, o por no ver garantizada su integridad. También hay casos por violencia intrafamiliar, homofobia o conflictos étnicos, como es la situación de los triquis en Oaxaca, que han solicitado ayuda a California”.
Estévez subraya que las razones por las que se desplazan de su lugar de origen son diversas y la ley es antigua (data de mediados del siglo XX). “La legislación es tan anacrónica, que muchos que son perseguidos no logran protección porque la norma no incluye ciertas causas”.
Asimismo, María Elena Hincapié explica que el proceso para que acepten la solicitud de asilo se complica porque muchos no tienen la evidencia de esa amenaza o acoso que los hizo huir, porque no cuentan con la asistencia legal y pocas organizaciones se especializan en el tema, y porque los agentes de la Patrulla Fronteriza en Estados Unidos no se encuentran sensibilizados para la detección de los casos.
El número de mexicanos que han conseguido asilo en la Unión Americana es mínimo. “Las únicas posibilidades que tienen, junto a los centroamericanos que huyen de las pandillas o grupos delictivos, es por opinión política o grupo social particular, pero lograrlo depende también de la corte o juez que les corresponda, lo que hace más compleja la situación”, apunta Estévez.
Fuente: El Universal