Esto como parte de un plan de reintroducción de especies de parte de la Universidad Autónoma de México (UNAM) y el Programa de Especies en Riesgo (PROCER)
Si todo sale según lo planeado, un total de 500 guacamayas rojas volverán a volar en el sureste mexicano.
Como parte de un plan de reintroducción de especies, la UNAM y el Programa de Especies en Riesgo (PROCER) ya liberaron a 55 ejemplares en la Reserva de la Biosfera de Los Tuxtlas.
Después de habitar toda la zona este y sureste de la República, esta ave (Ara macao) se encuentra en peligro de extinción, por lo que hace 20 años el Instituto de Biología de la UNAM junto con PROCER lanzaron un programa de guacamaya roja en cautiverio en el Parque Xcaret para después liberarlas en zonas donde ha quedado extinta.
“La guacamaya fue extirpada de los estados de Veracruz, San Luis Potosí, Tamaulipas y Tabasco por la sobreexplotación de sus nidos para el mercado de animales de compañía y la pérdida de su hábitat desde hace 30 años. Ahora intentamos regresarla a su estado natural”, explica, en entrevista, Patricia Escalante, directora del proyecto en Los Tuxtlas e investigadora del Instituto de Biología de la UNAM.
La primera introducción de aves en la Reserva fue en 2014 con 27 ejemplares, de los que sobreviven 17. En marzo de este año, liberaron a otras 28, de las que dos se encuentran perdidas, según los monitoreos recientes.
El castigo por capturar y vender guacamayas, pericos y loros es de 9 años de cárcel, según la ley emitida en 2008. Para tener conocimiento en caso de cometerse delitos con las aves, los investigadores del proyecto les colocaron un chip de identificación, una etiqueta en el ala para reconocerlas a distancia y además cuentan con muestras de sangre para detectar su ADN.