En una industria como la discográfica, en permanente estado de coma, el último campo de batalla es el streaming. Las partes enfrentadas ya no son las discográficas sino las grandes compañías de tecnología, pero también unos artistas que se encuentran, ahora más que nunca, en el centro de la partida. El objetivo es claro: conseguir posicionarse como la mayor plataforma de música online, una carrera en la que Spotify partió con ventaja, y en el que juega un papel clave el reparto de beneficios entre sellos y autores. Por eso el pasado mes de marzo se anunciaba el lanzamiento de Tidal, el servicio apadrinado por Jay Z, Madonna, Kanye West, Beyoncé y otras estrellas. Y por eso ahora Apple contraataca.
Después de varios días de rumores, medios como Billboard dan por hecho que el rapero Drake y el productor y cantante Pharrell Williams serán las dos primeras caras conocidas del nuevo servicio de música en streaming de la compañía de Cupertino, mientras que otras fuentes apuntan al DJ francés David Guetta como el siguiente en sumarse al proyecto. De confirmarse las informaciones, ellos tres serían los tres primeros “DJs invitados” del renovado iTunes Radio, cuyo anuncio se espera para la conferencia anual de desarrolladores que celebrará Apple la próxima semana. En esta nueva etapa de la relación de la marca con el negocio musical también ha tenido mucho que ver la reciente adquisición de Beats, la exitosísima compañía de auriculares creada por el productor de rap Dr. Dre y Jimmy Iovine, perro viejo del negocio discográfico, que también posee su propio servicio de música a la carta. La transacción se valoró en algo más de 3.000 millones de dólares.
Cuáles serán las bazas con las que Apple plante cara a sus adversarios es todavía un misterio, pero sus movimientos respaldan el cambio de papel de los artistas en el negocio musical. Si Tidal nacía con la filosofía de dar más poder a los creadores que a los intermediarios, en una campaña que ha sido ridiculizada por su grandilocuencia (además de su alto precio), la compañía que creó el iPod recurre ahora al criterio de las estrellas (o al menos a su implicación como cara conocida) para buscar credibilidad. No importa tampoco si hay que pujar por ellas: Drake era uno de los nombres que iban a estar involucrados en Tidal, pero se desligó tras recibir otra oferta. La cifra de 19 millones de dólares circuló por Internet como posible causa, algo que Apple ha negado. Ahora se espera que sus recomendaciones le sirvan como vía de entrada para millones de fans.
La labor del curator, cada día más presente en todos los campos, también se adopta con la contratación de expertos. Zane Lowe, durante 12 años estrella de la BBC Radio 1, anunció a principios de año su incorporación a Apple. Sus funciones todavía no se han desvelado, pero todo apunta a que ejercerá su labor de “recomendador” en el nuevo servicio de radio. Spotify, la pionera en convencer a las grandes discográficas para que pusiesen su catálogo a disposición de los usuarios, contraatacó con la incorporación de tres expertos de menos renombre, Austin Kramer, Tuma Basa y Mjeema Pickett, con el objetivo de explotar más a fondo estilos como la EDM, el hip hop y el R&B. Distintas estrategias par un mismo fin: dominar el negocio del streaming.