A dos semanas de las elecciones nada se mueve salvo la CNTE disidente…
Los destapes anticipados de Margarita Zavala y Miguel Ángel Mancera le pusieron picante a la resaca electoral… pero nada más; ni uno ni otro se ven –por el momento– como contendientes serios a la candidatura presidencial. El lance de Margarita parece más una estrategia mañosa ante la segura derrota del calderonismo en el relevo de la dirigencia blanquiazul. Mancera tampoco está en condiciones de aspirar demasiado; devaluado, el Jefe del GDF está más ocupado en deslindarse de la derrota perredista que en alimentar anhelos.
Columnistas, politólogos y opinócratas están muy entretenidos analizando el fenómeno de los candidatos huérfanos de partido. Hay quienes hablan de un urgente cambio de régimen, o quien simplemente demanda a los partidos ponerse las pilas para responder al reclamo de los nuevos tiempos.
El Gobierno no se salva del rumor. El proceso electoral intermedio marcó el final del primer tiempo de un sexenio empeñado en las reformas, cuya dinámica ha cambiar en la segunda mitad; se habla de ajustes impostergables, nuevas tácticas y cambios inminentes en el equipo presidencial. Los análisis tienen lógica, pero el régimen se empeña en demostrar que sus tiempos y la forma de operarlos nada tiene que ver con el punto de vista de los sesudos taxidermistas de la grilla. Si la lógica fuera lógica, Chuayffet, Ruiz Esparza –y varios más– ya estarían buscando chamba.
En los partidos políticos recuentan los daños y se lanzan a la caza de traidores. Las tribus perredistas exigen cabezas; en el PAN, Gustavo Madero escribe el libreto pare encumbrar a Ricardo Anaya… y en el PRI, ni hablar, todo es coser y cantar.
Lo que si cambia para quedar igual es el conflicto con la CNTE. Antes y después de la elección los profesores rebeldes se salen con la suya. Hoy, el Secretario de Educación será llamado a cuentas por la Comisión Permanente para explicar las razones del fracaso de la reforma educativa en los dominios de la disidencia magisterial. Chuayffet aguantará mentadas y saldrá apestado –como ayer en Jalisco–… ¿con todo y orejas de burro?