Joseph Blatter renunció a la presidencia del organismo a solo días de haber sido reelegido; durante su mandato, hubo varios escándalos de presunta corrupción en la FIFA
La dimisión de Joseph Blatter como presidente de la FIFA, cuatro días después de su reelección para un quinto mandato, llegó después de una larga lista de crisis y escándalos que han afectado a la organización, que el suizo dirigía desde 1998.
Las sospechas surgidas sobre su principal colaborador, el francés Jérôme Valcke, habrían constituido el golpe de gracia para Blatter.
Estos son algunos de los escándalos más importantes en los que se vio involucrada la FIFA.
Jérôme Valcke, entonces director de marketing del organismo, dejó su cargo a finales de 2006 tras un diferendo con Visa y Mastercard por los patrocinios.
En diciembre de ese año, una corte de Nueva York dijo que el equipo de Valcke había mentido durante las negociaciones con ambas firmas.
El problema terminó cuando todas las partes llegaron a un acuerdo y la FIFA acordó pagar 90 millones de dólares en compensación. Ocho meses después, Valcke fue nombrado secretario general del organismo.
ISL era la sociedad que administraba los derechos de difusión y de marketing de la Copa del Mundo hasta su quiebra en 2001.
En 2010, la justicia suiza señaló que Joao Havelange, expresidente de la FIFA (1974-1998), y Ricardo Teixeira, patrón de la potente Confederación Brasileña (1989-2012), fueron sobornados por ISL a cambio de contratos exclusivos de derechos de televisión para la Copa del Mundo.
El catarí Mohamed Bin Hammam, presidente de la Confederación Asiática (AFC), se colocó como rival de Blatter en la elección a la presidencia del organismo en mayo de 2011.
La comisión de ética de la FIFA, que sospechaba la compra de votos al seno de la Concacaf, había abierto poco antes un proceso contra él y Jack Warner, presidente de ese organismo regional y vicepresidente de la FIFA.
El 27 de mayo, a petición de Bin Hammam, se abrió también un proceso contra Blatter.
El 28 de mayo, el catarí se retiró de la elección, y al día siguiente, el comité de ética de la FIFA absolvió a Blatter mientras que Bin Hammam y Warner fueron suspendidos mientras duraba la investigación.
El 23 de julio, Bin Hammam fue suspendido de por vida de toda actividad ligada al futbol.
En julio del año siguiente, el Tribunal Arbitral del Deporte (TAS) anuló la sanción por falta de «pruebas directas», aunque el catarí fue finalmente suspendido de por vida a finales de 2012.
Warner dimitió en junio de 2011 de todos sus cargos ligados al futbol.
En noviembre de 2010, dos miembros del comité ejecutivo de la FIFA, el tahitiano Reynald Temarii y el nigeriano Amos Adamu, fueron suspendidos no haber respetado el código de ética tras sospechas de corrupción en la atribución de los Mundiales 2018 y 2022.
El 2 de diciembre de ese mismo año, el Mundial 2022 fue atribuido a Qatar, y poco después, la prensa británica lanzó acusaciones de corrupción.
La FIFA rechazó en un primer momento entrar en el asunto, aunque creó una comisión de ética. En julio de 2012, abrió una investigación sobre las condiciones de atribución de los Mundiales de 2018 (a Rusia) y 2022, dirigida por Michael Garcia, exfiscal de Nueva York.
En noviembre de 2014, Hans-Joachim Eckert, presidente de la cámara de enjuiciamiento de la comisión de ética, resaltó en un informe comportamientos dudosos pero nada para cuestionar el proceso de atribución. Garcia denunció una presentación «errónea e incompleta» de su investigación y pidió una publicación íntegra, aunque el 17 de diciembre dimitió.
Ese mismo mes, Blatter aceptó una publicación del informe Garcia en el futuro, pero «bajo una forma apropiada».
El miércoles de la pasada semana, el Departamento de Justicia estadounidense entró en escena: imputó por corrupción a nueve miembros actuales o del pasado en la FIFA, así como a cinco responsables de sociedades de marketing deportivo. A petición suya, la justicia suiza detuvo a siete personas.
Según las autoridades suizas, los siete detenidos son sospechosos de haber aceptado sobornos desde la década de los noventa. Las acusaciones están relacionadas con las atribuciones de Mundiales, de derechos de marketing y de televisión, pero también fraudes, estafas y blanqueo de dinero.
A pesar del escándalo, Blatter mantuvo su candidatura y consiguió ser reelegido para un quinto mandato en la FIFA.
«El futbol es un deporte donde hay adversarios, yo seré el presidente de todos, incluso de los que no han votado por mí», declaró entonces Blatter después de su reelección, obtenida después de la renuncia antes de la segunda vuelta de su rival, el príncipe jordano Ali Bin Al Hussein.
El martes 2 de junio, cuatro días después de la reelección de Blatter como presidente de la FIFA, el diario estadounidense The New York Times acusó a la mano derecha de Blatter, Jérôme Valcke de transferir 10 millones de dólares (9.1 millones de euros) a cuentas gestionadas por el exvicepresidente de la organización Jack Warner.
La transferencia -efectuada entre enero y marzo de 2008 según el acto de acusación- fue emitida desde una cuenta de la FIFA y sería «un elemento central del escándalo de corrupción que sacude el fútbol mundial» y a sus dirigentes, según el periódico estadounidense.
La FIFA reconoció esa transferencia de 10 millones de dólares «en el marco del desarrollo del fútbol en el Caribe», pero aseguró que ni Jérôme Valcke ni ningún alto responsable de la FIFA estaban involucrados.
Fuente: CNN Expansión
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