Desde su creación en 1952, la marca ha apostado por la innovación y el diseño
Sentirse como un piloto de alta competición. Eso ofrece Scalextric desde hace más de sesenta años a miles de fanáticos de este juguete en todo el mundo. Fue un ingeniero británico, Fred Francis, quien diseñó en 1952 el primero de estos pequeños vehículos que reproducen con minuciosa ejecución y detalles los autos de los astros del motor del momento.
Ideó un sistema que permitía mover de manera remota coches metálicos en miniatura: el Scalex. El nombre hacía referencia a la escala variable que podían tener los modelos: Scale (de escala en inglés) y X de desconocida. Su invento tuvo una gran aceptación entre el público. Su primer modelo, uno típicamente británico, el Jaguar XK 120.
Funcionó tan bien que se vio superado por la demanda. La empresa Lines Bros absorbió Minimodels LTD, la compañía de Francis. A partir de ese momento, una filial de los nuevos propietarios, Tri-ang, se ocuparía de fabricar y comercializar el juguete.
El primer circuito de Scalextric tenía forma de cero y contaba con dos Maserati 250F Grand Prix. En 1960 los antiguos moldes de metal fueron sustituidos por carrocerías y chasis de plástico, que permitían un mayor nivel de detalle y ligereza. El primer modelo de la nueva etapa también reproducía un bólido de F1 y tenía sabor británico: el Lotus 16.
No tardó en llegar otra innovación, un sistema compatible con infinitas combinaciones, que buscaba animar a los clientes a diseñar su propio circuito. Las pistas eran intercambiables entre sí y los distintos vehículos funcionaban sin problemas en todas ellas. Hasta 1965, los circuitos mantuvieron la forma de cero. Con la caja Gran Turismo GT-60, que incluía un Aston Martin DBGT y un Ferrari 250 GT, se abrió la posibilidad de formar ochos.
Antes de esto, se produciría el desembarco de este juguete en España. El sistema económico autárquico, impuesto por la dictadura, dificultaba enormemente la entrada de productos extranjeros. Una de las pocas vías abiertas pasaba por establecer una alianza con una empresa local. La juguetera Exin fue la elegida y el sistema ideado por Francis se presentó en la Feria de Muestras de Barcelona en 1962.
Entre los modelos más emblemáticos de esta producción de los sesenta destacan el Mercedes 250 SL, el Ford GT, el Jaguar E, el BRM-F1, el Chaparral GT o el Seat 850 TC Abarth. Todos a escala 1/32, la misma que aún mantienen las miniaturas de Scalextric.
Con los ochenta llegaría una competencia por el amor de los niños difícil de superar: los videojuegos y los ordenadores personales. La apuesta volvió a ser la innovación tecnológica. A mediados de la década, Exin incluyó un sistema de alumbrado en los nuevos modelos. El primero de los coches con faros sería el Lancia 307.
No fue el único cambio. También se ensamblaron nuevos motores con más potencia, los RX2. Estos jubilaron a los Tri-ang RX, montados en las miniaturas desde su origen.
El modelo más vendido, el Ferrari F2004 F1
Una reproducción del monoplaza con el que Michael Schumacher se proclamó campeón del mundo en 2004 es el modelo más vendido de Scalextric. Con infinidad de detalles que copian al coche ganador, el modelo Ferrari F2004 F1 ha alcanzado más de 8.000 unidades despachadas.
La trayectoria de Scalextric ha estado ligada a grandes nombres del mundo del motor, como Fernando Alonso, Marc Gené, Jim Clark, Damon Hill, Carlos Sáinz, Luis Moya, Marc Márquez, Gabriel Tarquini, Adrián Campos, Fermín Vélez, Oriol Servià o Harri Rovanperä, entre otros.
Fuente: CincoDias.com