La Procuraduría de la Defensa del Contribuyente señaló que algunas de esas prácticas dejan indefensos a los pagadores de impuestos
La Procuraduría de la Defensa del Contribuyente (Prodecon) informó sobre las principales malas prácticas que llevan a cabo autoridades fiscales en materia de recaudación persuasiva, las cuales, en opinión del Ombudsman, dejan indefensos a los pagadores de impuestos.
Recientemente, el Servicio de Administración Tributaria (SAT) dio a conocer que recaudó cuatro mil millones de pesos en el primer trimestre, a través de la “persuasión” que utilizó sobre los contribuyentes para el cumplimiento de sus obligaciones.
Éstas son las 10 malas prácticas de la autoridad que dio a conocer el organismo autónomo:
1.- Citar en sus oficinas al contribuyente, incluso por teléfono, para que aclare “inconsistencias” respecto a uno o más ejercicios, usando como fundamento expresiones abstractas y genéricas, como que se detectaron “comportamientos atípicos”.
2.- Comunicar al contribuyente en esas citas, únicamente de manera verbal, las presuntas irregularidades.
3.- Presionar al contribuyente a firmar una declaración en la que se compromete a autocorregirse.
4.- Impedir el acceso a los asesores del contribuyente cuando es citado en las oficinas de las autoridades.
5.- Citar preceptos legales que contemplan procedimientos que no se llevan a cabo. Ejemplo: en las cartas invitación por depósitos en efectivo se cita el fundamento legal de la discrepancia fiscal, sin que la autoridad haya llevado a cabo dicho procedimiento.
6.- No exponerle al contribuyente en forma comprensible cómo puede aclarar su situación.
7.- Señalar a su arbitrio el plazo perentorio para atender la “invitación”.
8.- Solicitar copiosa información y documentación fuera de facultades de fiscalización.
9.- Adjuntar a dichas solicitudes formatos no oficiales diseñados por la propia autoridad, trasladando prácticamente al contribuyente la carga de auto auditarse.
10.- Notificar propuestas de pago a los contribuyentes sin precisarles las causas y el método por el que se determinaron.
Fuente: El Financiero