Colaboración de Juan María Naveja
Entre las ideas más chafas que he escuchado de los candidatos que contienden actualmente están las becas para TODOS los estudiantes de preparatoria. Esto es así no porque esté mal el subsidio a la educación, sino porque el populismo es una de las principales razones por las que la educación en México se encuentra empinada.
No hay duda, miles, quizás millones de mexicanos por falta de recursos no pueden estudiar, pero si fuera por dinero de alguna manera eso se resolvería. El problema es de sistema y mientras más tardemos en corregirlo más generaciones serán afectadas.
Tengo un profundo respeto por el trabajo de Mexicanos Primero, porque sin distingo de colores partidistas ha venido poniendo el dedo en la llaga. Justamente hace unos días advirtió de la cantidad de adolescentes del estado de Jalisco que se quedan en la secundaria.
El problema es de sistema por los obstáculos que imperan desde la educación básica: es la principal víctima de las estructuras sindicales que tienen dada al traste la educación en casi la mitad de los estados. No hay educación más cara que la mala educación. Miles de millones de pesos se van a la basura porque los maestros no están preparados, se la pasan en huelga o haciendo grilla.
De la primaria egresan niños que no aprenden matemáticas ni saben leer, llegan a la secundaria con serias deficiencias y cuando arriban al bachillerato ya cargan con un desánimo porque no entienden ni están preparados para las nuevas exigencias.
A veces se quiere simplificar diciendo que la deserción es por falta de recursos, pero la verdad es que un alto porcentaje no llega o deja el bachillerato porque los jóvenes no están bien preparados. Es demoledor que antes de un mes, 60% abandone los estudios porque no entiende a los maestros, según resultados de la encuesta de deserción del 2012, que además revela que los bachilleres llegan con una capacidad de lectura de un niño de sexto de primaria.
Las cosas se agravan si a eso añadimos que la oferta preuniversitaria no es suficiente, que las carreras técnicas no gozan de la mejor fama, y lástima porque hemos perdido muchos años y restado oportunidades a jóvenes que pudieron ser estupendos técnicos y hoy son desempleados con título universitario. Ahí tenemos otro error del sistema.
No se trata de un tema irrelevante es la carga que el sistema le impone a los jóvenes que ven frustrado su futuro porque en la educación no encuentran la respuesta y desertan con frustración y sin opciones.
Sí la educación gratuita debe mantenerse y extenderse para que nadie por falta de recursos se quede sin estudiar, pero no se puede solapar el modelo corrompido que se ha instaurado en los tres niveles de gobierno de muchas entidades federativas del país.
La escuela gratis nada tiene que ver con la educación correctamente subsidiada, pero por desgracia hoy vemos gobiernos regalando útiles, mochilas y uniformes; con cargo al erario como si con eso se elevara el nivel de aprendizaje, eso se llama dispendio.