FRANCISCO MARTÍN MORENO | Cuentos Políticos
En el actual momento político que vivimos de cara a las próximas elecciones intermedias, se percibe un palpable agotamiento de la paciencia en casi todos los niveles de la sociedad mexicana. Las razones de este cansancio se explican por la manifiesta incapacidad operativa de la inmensa mayoría de los políticos, quienes después de acceder al poder olvidan de inmediato sus promesas de campaña para dedicarse a cometer diferentes versiones de peculado o para llevar a cabo diversos transacciones ilícitas gracias al desempeño de sus encargos populares. Los actuales funcionarios, sálvese el que pueda, entienden sus puestos públicos como la oportunidad de llevar a cabo negocios privados. Un asco. Son evidentes la cantidad de traiciones que se cometen a diario en contra del electorado que los favoreció con su voto para llegar al poder. Las instituciones de la República amafiadas o ineficientes, han fracasado al no ejercer sus facultades para contener la escandalosa corrupción que nos acosa por los 4 costados.
Como sentenció Alfonso Martínez Domínguez: lo único peor al PRI es la oposición…
En Nuevo León, sin embargo, se abre una nueva oportunidad para cambiar el deplorable destino de la democracia mexicana.Jaime, El Bronco, Rodríguez, un candidato independiente llamado gobernar una de las entidades más ricas y poderosas de la nación, cuyo apodo tal vez se adecúa más al de un boxeador de barriada, se dice que es un político “resentido, camaleónico”, traidor al PRI que se negó a postular su candidatura, un individuo “violento, terco, ególatra, mitómano, un probable dictadorcito”, además de un individuo sin una clara definición política incapaz de demostrar el origen de su patrimonio, entre otros cargos no menos temerarios.
Pues bien, el tal “Bronco” ya trabó una alianza con Fernando Elizondo y bien puede llegar a ser gobernador del Estado en razón de la escandalosa corrupción que encabeza el gobernador Rodrigo Medina, cuyos éxitos en su gestión pública se desvanecen ante la putrefacción de su administración. ¿Qué tal si para cogobernar Nuevo León el PAN, ante una previsible derrota y perder toda presencia en la entidad, también decidiera a aliarse a este personaje de extracción priísta y, por lo mismo, sujeto de todo género de sospechas en relación a su estructura ética? ¿Por qué cogobernar Nuevo León? Jaime Rodríguez no tiene partido por lo que su gobierno tropezaría con cuanta iniciativa de ley propusiera en el congreso local. El “Bronco”, al preveer que podría ser maniatado y perecer en la inmovilidad, podría invitar a una alianza al PAN para integrar su gabinete y así asegurarse el acceso a su congreso, de tinte azul…
Jaime Rodríguez podría ser el gran ejemplo en el resto del país para demostrar que las candidaturas independientes sí funcionan, como funcionan en una buena parte del mundo. Todos queremos un cambio, pero un cambio para bien, un cambio inteligente, progresista y eficiente pero no más corrupción ni más extravío nidesesperanza… Si el el electorado neolonés, víctima de la desesperación por el desastroso papel de Medina, se equivoca al votar por el “Bronco” porque éste resulta ser una réplica mal hecha del PRI, bien podríamos violentarnos ante la falta de resultados y acentuar el riesgo de que el señor “Bronco” despierte al “México Bronco”, del que nadie quiere acordarse…
Yo, por mi parte, quisiera darle un voto de confianza a Jaime Rodríguez…
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