«No llores porque ya se terminó, sonríe porque sucedió», decía el gran “Gabo”, quien nos dejó físicamente hace un año.

El mundo dejó de llorarlo, para sonreír porque lo tuvo.

Desde luego, los reconocimientos para Gabriel García Márquez no se hicieron esperar, pero es imposible negar que el mayor número de homenajes tuvo lugar en las redes sociales, donde miles de personas “Rekordaron al gran gavo” así, con faltas de ortografía, lo que muchos condenarán, menos él, le explico.

El también periodista protagonizó múltiples polémicas, una de ellas tiene que ver con la ortografía.

Era abril de 1997, cuando durante el Primer Congreso Internacional de la Lengua Española el colombiano se pronunció en contra de las excesivas reglas ortográficas y gramaticales del español

“Jubilemos la ortografía, terror del ser humano desde la cuna: enterremos las haches rupestres, firmemos un tratado de límites entre la ge y jota, y pongamos más uso de razón en los acentos escritos, que al fin y al cabo nadie ha de leer lagrima donde diga lágrima ni confundirá revólver con revolver.

Camilo José Cela, Octavio Paz y el rey Juan Carlos, presentes durante el discurso no podían disimular su asombro.

Con su peculiar sentido del humor, seguramente el ganador del Premio Nobel de Literatura 1982, hoy se ríe desde donde esté de los puristas del lenguaje.