Fuente: La Jornada
El padre Alejandro Solalinde denunció que los autobuses contratados para transportarlos no llegaron y suspendieron su contrato, esto luego de que autoridades federales amedrentaron a los empresarios y les advirtieron que en el momento en que un migrante pusiera “un pie en uno de los camiones serían acusados de tráfico de personas”.
Por lo tanto dijo, el Viacrucis continuará su camino hacia la ciudad de México mediante las principales ciudades, «si nos quieren detener que lo hagan, pero frente a todos», dijo el presbítero.
CU