Pemba Tamang, de 18 años, sobrevivió debajo de los restos de un edificio
La multitud que aguarda el hallazgo de algún sobreviviente mientras los rescatistas trabajan contrarreloj, estalló en aplausos y gritos cuando vio a Pemba Tamang, de 18 años, cubierto de polvo y rescatado de entre los escombros.
Pemba fue trasladado al exterior en una camilla. Su rostro estaba cubierto de polvo y personal médico le había colocado una vía en el brazo. El joven parecía aturdido, y parpadeó al verse bajo la luz del sol. Fue trasladado al hospital, donde aún permanece. Estuvo 120 horas bajo los escombros.
Rescatistas nepalíes, apoyados por un equipo estadounidense de respuesta a desastres, trabajaron durante horas para poder liberar a Pemba. L.B. Basnet, el agente de policía que se arrastró por un hueco entre los escombros para llegar a él, dijo que el joven respondía sorprendentemente bien. “Me dio las gracias cuando me acerqué a él”, dijo. Y agregó: “Me dijo su nombre, su dirección y yo le di algo de agua. Le aseguré que estábamos cerca de él”.
En medio del horror que dejó el terremoto de 7,8 grados en Katmandú, con sus más de 5.400 muertos contabilizados hasta el momento, una historia conmovedora y milagrosa se conoció ayer. Es la de Awal Awal, una bebé de cuatro meses que logró sobrevivir debajo de los escombros de su casa durante 22 horas.
Otro caso fue el de Rishi Khanal, recatado ayer entre los restos de un hotel, también en Katmandú, donde para sobrevivir tuvo que beber su orina y convivir 82 horas con los cadáveres de otros huéspedes que se encontraban en el lugar cuando comenzó el temblor. «Estaba seguro de que nadie vendría a buscarme, tenía claro que iba a morir», dijo el joven una vez rescatado.
Fuente: Clarín