“Incompetente” y “parcial” son los dos descalificativos de una treintena de intelectuales y activistas para describir el paso errático de Eduardo Medina Mora por el servicio público.
En carta insertada en el blog change.org los abajo firmantes –entre otros: Raúl Trejo Delabre, Luz Lajous, Mauricio Merino, Anamari Gomís, Luis González Placencia, Maite Azuela, Eduardo Guerrero y Ricardo Raphael–, demandan al Senado rechazar la propuesta presidencial para ocupar el sitial vacante en la Suprema Corte, tras la muerte del ministro Sergio Valls. La carta mencionada no es la única crítica a la postulación de nuestro embajador en Washington.
Desde Londres el Presidente de la República justificó su propuesta al afirmar que Eduardo Medina Mora es un personaje “muy acreditado en el servicio público, con amplia experiencia, por haber cumplido con tareas de relevancia en el ámbito de la procuración de justicia”.
Efectivamente, la experiencia ahí está; Medina Mora ha ocupado los más altos cargos en las instancias nacionales de seguridad, inteligencia y procuración de justicia… pero de ninguno ha salido indemne.
Como director del CISEN es señalado como uno de los principales responsables de desmantelar la maquinaria de inteligencia del Estado Mexicano; como Secretario de Seguridad Pública Federal, estuvo marcado por el caso Atenco; como procurador de Felipe Calderón, quedó manchado por el Michoacanazo, y el abuso en el caso de las indígenas otomíes Alberta Alcántara Juan, Teresa González Cornelio y Jacinta Francisco Marcial.
Habrá quien piense como el Presidente de la República en las virtudes y bondades de Eduardo Medina Mora, pero incluso, si el mandatario tuviera toda la razón al proponer a su gran amigo, el costo de hacerlo llegar –a como dé lugar– podría salirle demasiado caro.
EL MONJE LOCO: Pero… ¿A chillidos de marrana, orejas de chicharronero?